miércoles, 22 de enero de 2014

La generaciòn del 28









República Bolivariana de Venezuela
Universidad Bolivariana de Venezuela
P.F.G. Comunicación Social
Unidad Curricular: Movimiento Social
Prof.: Edgar Marcano








GENERACIÓN DEL   28


                                                                                                                                                 





INTEGRANTES:

Hernández  Tania 
V-13.715.587
Hernández José Ángel  V- 17.210.380
Wilkin Velez V- 17.286.829
Osneiber Sandoval V-15.540.643
Irania Medina V- 18.108.620





GENERACION DEL 28



Introducción


Con el nombre de "Generación del
28" se conoce al grupo de estudiantes universitarios que protagonizaron en
el carnaval caraqueño de 1928 un movimiento de carácter académico y estudiantil
que derivó en un enfrentamiento con el régimen de 
Juan Vicente Gómez. En tal sentido, lo que inicialmente fue un proyecto restringido al
ámbito de la Universidad Central, se transformó en una propuesta destinada a la
modificación del sistema político venezolano de comienzos del siglo XX.
En un primer momento, los jóvenes que
ingresaron en la Universidad Central de Venezuela entre 1923 y 1925, tomaron la
iniciativa de reconstituir los centros de estudiantes pertenecientes a las
facultades de Medicina, Derecho e Ingeniería. Luego como paso siguiente
promovieron el restablecimiento de la Federación de Estudiantes de Venezuela,
organismo coordinador de todos los centros de representación estudiantil, hasta
entonces suspendido por una disposición que databa del gobierno de 
Cipriano Castro. En esta etapa destacan como organizadores los siguientes personajes:
Jacinto Fombona Pachano, su primer presidente; Raúl Leoni, su segundo
presidente; Elías Benarroch; Isaac Pardo, 
Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Tomás Jiménez Arráiz y Rafael Echenique
Chirinos. Asimismo como parte de este proceso de reactivación de la universidad
como centro generador de conocimiento y de debate político, se efectuaron
durante este lapso diversas actividades culturales que apoyó con sumo interés
el rector Diego Carbonell. Con el objeto de recaudar fondos para la realización
de este plan, en el carnaval de 1928 se organiza La Semana del Estudiante, en
cuyo programa destacaban los siguientes actos: 

1.   
Desfile desde la Universidad hasta el
Panteón Nacional, en homenaje a los próceres de la Independencia.
2.   
Coronación de la reina de los
estudiantes Beatriz I ( Beatriz Peña), en el teatro Municipal.
3.   
Recital de la juventud, en un teatro
capitalino.
4.   
Concentración juvenil en La Pastora.
5.   
Preparación de una becerrada que no se
realizó debido al desarrollo de los acontecimientos.
Los Acontecimientos

Debido a la participación de Pío
Tamayo, antiguo exiliado político y uno de los introductores del marxismo en
Venezuela, quien en la coronación de Beatriz I lee un poema juzgado como subversivo
por las autoridades gomecistas; a las primeras intervenciones de los
estudiantes de derecho, 
Rómulo BetancourtJóvito Villalba y Joaquín Gabaldón Márquez, también estimadas como inconvenientes
por los cuerpos de seguridad, y al "acto irrespetuoso" de Guillermo
Prince Lara, quien rompió una lápida en honor a Juan Vicente Gómez; el Gobierno
decide poner fin a los actos conmemorativos de La Semana del Estudiante,
encarcelando a Tamayo y a los demás jóvenes, conduciéndolos a La Rotunda. Ante
la inesperada reacción oficial y en actitud solidaria frente a lo que
consideraban un injusto cautiverio, el resto de los estudiantes se entregó de
manera voluntaria a la policía, lo que resultó una maniobra que desconcertó
completamente a los cuerpos represivos. Posteriormente, el Gobierno los
trasladó al 
castillo de Puerto Cabello, permaneciendo allí detenidos 214 estudiantes, durante 12 días, hecho
que hasta entonces nunca había ocurrido en el país. Por su parte, la
Universidad de Los Andes reaccionó casi de enseguida frente a los sucesos, lo
que sirvió de acicate para que en las principales ciudades se levantara una ola
de protestas que hizo ceder al gobierno, quien finalmente los liberó. Este
hecho fue bastante significativo, ya que la sociedad venezolana que hasta ese
momento había mostrado una actitud sumisa frente a la dictadura gomecista,
planteó la lucha contra la tiranía en un campo novedoso para un caudillo como
Gómez: la Calle.
Al poco tiempo de la liberación de los
estudiantes, se produce un acercamiento entre algunos de éstos (Juan José
Palacios, Francisco Rivas Lázaro, Fidel Rontondaro y Germán Tortosa, entre
otros) con jóvenes oficiales del Ejército-entre quienes se encontraba el
hijo 
Eleazar López Contreras- con la finalidad de planificar un golpe de Estado que debía ejecutarse
el 7 de abril de 1928, pero que fue debelado antes de producirse. Con el objeto
de obtener la libertad de los compañeros detenidos a raíz del intento de
sublevación del 7 de abril, un grupo de estudiantes redacta en octubre de 1928,
un documento dirigido a Juan Vicente Gómez donde se le pide a éste que
reconsiderara su severa medida. No obstante, Gómez no sólo desatiende sus
demandas sino que manda capturarlos, siendo conducidos en medio de protestas públicas
junto a cerca de 200 estudiantes a las colonias de Araira, donde se construía
un tramo carretero, en el que deberían cumplir trabajos forzados. Por otra
parte, aquellos estudiantes que eran considerados como más peligrosos (Pedro
Juliac, Rafael Chirinos, Ricardo Razetti, Antonio Sánchez Pacheco, Antonio
Anzola Carrillo, Clemente Parparcén, Eduardo Celis Sauné, Enrique García
Maldonado, Guillermo López Gallegos, José Antonio Marturet e Inocente Palacios)
fueron conducidos al inhóspito presidio de Palenque. Mientras que el resto fue
trasladado al castillo de Puerto Cabello, donde permanecieron hasta principios
de 1929, cuando fueron dejados en libertad y expulsados del país.
En un principio los estudiantes del 28
regresan a Venezuela después de la muerte de Gómez (17.12.1935) como un grupo
homogéneo que pretende desarrollar proyectos comunes. Sin embargo, lentamente
comienzan a escindirse en banderas políticas distintas. Algunos se apartan de
manera definitiva de la vida pública para dedicarse a otras actividades,
mientras que en los grupos más combativos se formaron los núcleos de los
futuros partidos Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista de Venezuela
(PCV). Asimismo, dentro de este grupo hubo quienes destacaron por su aporte a
los ámbitos artístico y científico. Entre los que se inclinaron por la creación
artística figuran personajes como Guillermo Meneses, Miguel Otero Silva, Felipe
Massiani y Antonio Arráiz; mientras que entre el segundo grupo se encuentran
Miguel Acosta Saignes, Isaac J. Pardo, Rodolfo Quintero y Juan Bautista
Fuenmayor.
En síntesis, la importancia de la
"Generación del 28" en la historia contemporánea de Venezuela radica
en tres aspectos fundamentales. Por un lado, un caudillo como Juan Vicente
Gómez habituado a dirimir los conflictos políticos en los campos de batalla, se
enfrenta a un grupo de estudiantes que actuando como colectivo plantean una
lucha en un ámbito desconocido por Gómez y en general por los caudillos del
siglo XIX, la ciudad. En otras palabras, a partir de este momento las batallas
políticas del siglo XX se desarrollarán en las ciudades mediante huelgas
generales, paros, boicots, etc. Por otro lado y en relación con lo anterior, el
carácter colectivo del movimiento de 1928, expresado en la propia denominación
de "Generación", formará parte de otro importante elemento de ruptura
con la historia política del siglo XIX, la despersonalización del poder. Es por
esto que pese a la cantidad de liderazgos (Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba,
Miguel Otero Silva, Raúl Leoni, Juan Bautista Fuenmayor) presentes en los
sucesos de 1928, ningún tuvo un protagonismo especial, predominando la unidad
del grupo sobre cualquier individualidad, lo que será un adelanto de una de las
principales características de las organizaciones políticas del siglo XX: la
disciplina partidista. Por último, con los jóvenes estudiantes del 28 se
introducen nuevas ideologías (socialismo, marxismo, democracia) a las cuales no
pueden adaptarse viejos líderes como Gómez. En tal sentido, una doctrina como el
Liberalismo que fue central durante todo el siglo XIX, pierde su vigencia ante
el surgimiento de ideas tales como la lucha de clases, la socialdemocracia, los
partidos policlasistas, la importancia del Estado como agente planificador de
economía, etc. En definitiva, se puede decir que con la llamada
"Generación del 28" se introducen los elementos de cambio que le
permitirán a Venezuela romper con el siglo XIX e insertarse en el XX.
López Contreras

Desarrollo de la
periodización de la generación del 28
Febrero de 1928



Día 02:
·        
Se propone elegir por plebiscito a la Reina de los estudiantes.
(Lovera, 1984; p. 193:318)
·        
El Rector, Vice-Rector y Secretario de la Universidad Central serán escrutadores. (ídem)
·        
Beatriz Peña, hija del eminente médico Dr. Vicente Peña, es
elegida Reina de los Estudiantes. "El Universal" la aplaude: ".
la 
juventud universitaria, que tiene una visión sin límites y unos brazos inmensos, hechos para la clara labor de ensueño
futuro, entrega el cetro de un soberbio reinado del espíritu a una dama
gentilísima." (ídem)
·        
La prensa nacional, adicta al régimen e ignorante de la verdadera situación,
publica amplias 
noticias sobre el acontecer universitario. (ídem)
Día 06:
·        
Ese lunes se inició el programa. Varias fotos de la Reina – en una de ellas acompañada de un conejito – fueron
insertadas en "Élite", cuyas páginas saludaban la iniciativa
universitaria de convertir al mes de las carnestolendas en un torneo de alto
sentido cultural y patriótico, como no se recordaba en mucho 
tiempo. (Torrealba
Lossi, 1979; p. 64)
·        
Se había preparado terneras y diversos actos secundarios en
algunas barriadas, lo que produjo que se tergiversara un poco el sentido de la
semana. (Op. cit.; p. 69)
·        
La reina Beatriz I, aconsejada por los líderes que sí permanecían
al tanto de lo que allí se estaba jugando, decretó la 
Ley Seca, el uso obligatorio de la boina azul y del botón de la F. E.
V. (ídem)
·        
En la Casa Natal de Bello, pronunció un discurso Rafael Angarita Bello. (ídem)
·        
Después del discurso, los bachilleres regresaron a la Universidad,
luego de haber hecho un recorrido a pie por las cuadras de ese itinerario. Al
pasar frente al Consulado de los 
Estados Unidos, la multitud
prorrumpió en gritos de: "¡Abajo los yanquis!, ¡viva Sandino!, ¡viva
Nicaragua!". (Juan Bautista Fuenmayor, citado por Torrealba Lossi , ídem)

 

 

Análisis a manera general de esta cronología


El movimiento
estudiantil del 28 despertó entre los desafectos y opositores al régimen de
Gómez, la posibilidad de una lucha más efectiva; al mismo tiempo convirtió
aquel movimiento de protesta, espontáneo, en un movimiento de lucha que tendía
a una mayor coherencia para enfrentar la dictadura.
La pasantía de
los estudiantes por las cárceles más temibles del régimen, La Rotunda y el
Castillo de Puerto Cabello, había logrado un efecto positivo en la madurez 
política, en la clarificación de
los 
objetivos de lucha; en aquellas circunstancias los estudiantes entraron en
contacto con importantes sectores opositores.
De todo esto
resultó que en los primeros días del mes de abril, el 7, se produjo el
alzamiento militar del capitán Rafael Alvarado y de los sub.-tenientes Barrios,
Fernández y Leffman (de la Academia Militar), los militares contaron con el
inmediato y amplio respaldo de los estudiantes y de otros sectores de la sociedad
caraqueña. De esta manera, los dirigentes estudiantiles del 28 que habían
iniciado un movimiento de protesta, se vieron envueltos al poco tiempo en un
movimiento armado cuya finalidad era derrocar al gobierno de Gómez.
A diferencia de
los tiempos pre-gomecista, donde los movimientos armados provenían de las áreas
rurales y comandadas por viejos caudillos; este movimiento surge desde el más
importante centro urbano y con la participación de un sector que nunca había
tenido tan importante papel desde la 
independencia, nos referimos
al sector estudiantil; y era que aún cuando el régimen de Gómez tenía oprimida
a la sociedad venezolana, nuestros jóvenes estudiantes del 28 estaban preparados
a través del estudio de las 
teorías políticas más avanzadas tanto social-demócratas como socialistas,
para emprender un nuevo camino que condujera a la democracia y a la libertad
popular.
La insurrección
estudiantil-militar del 7 de abril de 1928 que contó con la participación de , 
Jóvito Villalba,
Hernán Nass, 
Rómulo Betancourt, Juan José
Palacios, Isaac José Pardo, fracasó y la mayoría de estos estudiantes fueron
detenidos; el Castillo de Puerto Cabello, La Rotunda, Palenque y El Sombrero
comenzaron a llenarse de nuevo con los jóvenes estudiantes que luchaban contra
la opresión, que anhelaban un 
sistema de vida mejor bajo los ideales de la democracia y la libertad.Los
estudiantes que lograron salir al exilio, produjeron un documento denominado:
"Mensaje de los Estudiantes Venezolanos en el Exilio a las Juventudes
Universitarias de 
América". La
insurrección estudiantil del 28 sirvió para desenmascarar públicamente al
régimen de Gómez, se logró el enfrentamiento directo y de nuevo el espíritu de
libertad se manifestó en diversas formas. Comenzó a desarrollarse todo un
conjunto de acciones como la organización de los exiliados, las posibilidades
de formar grupos políticos dentro y fuera del país y surgieron nuevos
movimientos insurreccionales contra la tiranía. A la dictadura gomecista sólo
le quedó como recurso acusar a los jóvenes estudiantiles y militares de ser
"agentes del 
comunismo internacional ", falacia ésa que no fue creída por nadie ya
que estaba muy clara la lucha de los jóvenes estudiantes y cadetes de la
Academia Militar solamente por una forma de vida mas justa, libre y
democrática. Con la muerte del general Juan Vicente Gómez, hecho acaecido el 17
de diciembre de 1935, tuvo que asumir el poder transitoriamente López
Contreras, quien para el momento presidía el cargo de Ministro de Guerra y
Marina. El país que estuvo durante 27 años sometido a la dictadura; coartado de
toda libertad, con la muerte del Benemérito, exteriorizó lo que dormitaba y de
manera espontánea se hacían a las calles para manifestar, gritar, saquear, exigir
y todo en cuanto no podían pero querían hacer en los años anteriores. Este es
el escenario social que tendrá que afrontar López Contreras, porque
políticamente ya había logrado mantener el 
control sobre los que tenían sus apetencias de poder, principalmente el
hermano del difunto dictador, Eustoquio Gómez.
Una nueva
sociedad
 daba forma a
la cotidianidad que se vivía en una irrumpiente Venezuela. El general López
Contreras era el blanco flameante de todos los reclamos formulados, individual
y colectivamente. Se daban nuevas formas de organizaciones en el país que
surgían en las distintas ciudades que conformaban el panorama nacional.
Ante este
escenario los gobernadores de las distintas entidades, se mostraron represivos
e intolerantes, exigían cada vez más al presidente encargado, mano dura contra
todo tipo de 
violencia y manifestación pero, el General López Contreras, fue muy
cauteloso en tomar alguna decisión, y más bien frente a los hechos se limitó a
invitar a los distintos sectores a emprender una obra renovadora en torno a las
exigencias y reclamos.
Este es el
espectro que antecede al análisis que someterá al ya gobierno constitucional de
López Contreras, para el período de 1936-1941; aunque esta constitucionalidad
este cuestionada o no el abordaje, es más, al comportamiento político frente al
escenario social que como presidente debe asumir 
el hombre que posee la primera envestidura en el país.
¿Cambió el ambiente social con el ascenso al poder de López Contreras?, ¿Consiguieron
definitivamente respuestas todos los individuos y organizaciones que formulaban
los reclamos?, ¿Continuará López Contreras con su imparcialidad en torno a las
manifestaciones que pululaban cotidianamente? Estas interrogantes pueden ser
sólo algunas de las tantas que podrían remitirnos a descifrar uno de los hechos historiográficos
venezolanos de mayor importancia para 
la ciencia histórica que atañe y, que indudablemente, requiere detenerse para
aproximarse a nuestro propio devenir como país.
En los primeros
días del mes de mayo hubo excarcelaciones, los dirigentes del P.R.P. fueron
puestos en libertad, y algunos militares comprometidos con las represiones
fueron expulsados, todo esto parece indicar que el presidente accedía a los 
principios de la democracia en un afán por lograr la gobernabilidad en sana
paz.
Con el regreso
al país de los exiliados, quienes en su mayoría se formaron intelectualmente,
se erigió una clase social diferente a la que estuvo sometida en los años de la
dictadura. Y, es esta, la que cristaliza una forma de organización capaz de
formularse los reclamos: sociales, económicos, pero principalmente, político.
¿Será esta clase social de intelectuales la preocupación más elevada del nuevo
gobierno?, ¿Es acaso el reclamo político lo que desequilibra al general López
Contreras?. Interrogantes que pueden ser el prolegómeno para descifrar el hilo
democrático, en término de supuesto del gobierno constitucional.
Todo parecía
estar muy bien, hasta que comenzaron los grupos de oposición a exigirle al
gobierno la democratización del Congreso, por supuesto, incluido en éstas el
Senado; es decir, que se le sugirió como un sentir popular, la apertura de un
nuevo Congreso, y esto viene dado expresamente por la 
Ley de Defensa Social aprobada que en esencia guardaba la represión a
los focos de manifestación que no cesaban de producirse diariamente en las
calles, no sólo de Caracas, sino también en otras partes del país, como por
ejemplo, en el Zulia.
El gobierno no
accedió a estas peticiones, más bien apoyó a los partidos u organizaciones que
fuesen afectos a López Contreras. Se recrudecen las huelgas, los paros y las
manifestaciones, pero también el gobierno recrudece su aparato represivo, el
país continúa convulsionado, el presidente apoya las acciones tomadas por sus
gobernadores, ya no se hace de la vista gorda; se usan los mismos escenarios
que utilizó la dictadura de Gómez para los encarcelamientos, son enviados los
dirigentes apresados al castillo de Puerto Cabello, y aún así se habla de
avances democráticos. ¿De qué democracia se habla?, ¿Hay un sentido equivocado
de democracia en cuanto a su concepción misma?, ¿No había visión de un nuevo
escenario?



A pesar de
todas estas incógnitas hay muchos historiadores que consideran el año de 1936
como el del nacimiento de la democracia en Venezuela y, por supuesto, es el
General Eleazar López Contreras quien juega el papel protagónico en la
iniciación del 
proceso democratizador, hay que reconocer que un hombre que viene de jugar un papel tan importante en la dictadura de Juan
Vicente Gómez, como lo es, haber sido Ministro de Guerra y Marina, que tenía la
formación de dicho régimen y que luego por la vía de encargado de la
presidencia, sea él a quien le toque mediar en el levantamiento social de los:
estudiantes, obreros, dirigentes sindicales, organizaciones políticas que
reclamaban su participación y 
legalidad, entre otros;
grupos que no podían hacer vida pública en los años de gobierno del Benemérito.

Es bueno
definir que ya como Presidente Constitucional de Venezuela, el general López
Contreras, vio a la represión como el único camino hacia el orden y el control
social también es válido pensar en que era necesario para él hacer sentir su
gobierno, para que el mismo no se le escapara de las manos frente a los ataques
de las organizaciones políticas nuevas y apoyadas por los medios de
comunicación, a quienes también les tocó su parte, al ser clausurados.

Como conclusión
de esta cronología conformada por los diez meses de gobierno de López Contreras
que va desde mayo de 1936 a marzo de 1937. Se puede argüir que hubo un gobierno
represivo en torno a todos aquellos que no veían con beneplácito y benevolencia
al gobierno y que, sin duda alguna, constituían un peligro para el mismo.

 

 

 





 











                                                            
Conclusiones


Los años de la
dictadura presidida por el Benemérito, general Juan Vicente Gómez, era muy dura
para todo aquel que no compartía el régimen, fuere del sector que fuere. Las
ideologías no tenían cabida en esos oscuros días típicos de la imposición que
comenzó a partir de 1908, cuando Gómez se apoderó de las riendas del país en
ausencia de su compadre y amigo Cipriano Castro.
La sociedad se
movía al tono que se le imponía, sin otro derecho más, que el de obedecer los
preceptos que emanaban de la pusilánime mente de Gómez y del asesoramiento del
equipo de intelectuales con los que se hizo rodear: José Gil Fortul, Vallenilla
Lanz, entre otro tanto de pensadores afectos irrestrictamente al régimen; ante
esto se abre la interrogante de: ¿quién era más inteligente, sí Gómez que tenía
a su merced a estos renombrados intelectuales, o éstos últimos que a pesar de
su preparación rendían tributo al Benemérito?
Todo aquel que
disentía del régimen – la mayoría de la población – sólo podía expresarlo en la
clandestinidad y rogar que no llegase a oídos de cualquier adulante del
dictador, porque La Rotunda sería uno de sus destinos más 
seguros, cárcel
predilecta del Benemérito para hospedar a todo aquel que pudiera representar
algún peligro para la "paz y el orden"
impuesto por el dictador. Muchos entraban a esta abominable cárcel, pero
muy pocos lograban salir con vida de allí.
Este era el
panorama que conformaba el paisaje político – social de esa Venezuela de los
años 20. Y en este mismo ámbito es que se va a celebrar la Semana del
Estudiante y las fiestas carnestolendas, en febrero de 1928.
Los
preparativos con motivo a dichas celebraciones se iniciaron en enero del 28,
para que en febrero de este año se tuviese bien organizado todo lo que se
suponía iban a ser los festejos que abarcarían más allá de la fecha del
carnaval y de la Semana del Estudiante. Porque los 
programas pretendían extenderse hasta los últimos días del mes en cuestión.
Hay un aspecto
interesante de analizar, y es el hecho de que el grupo de estudiantes que
organizó tales actividades en el mes de febrero se disponían a elegir por
plebiscito a la reina del carnaval, incluyendo el voto de las autoridades
universitarias. Actuación distinta al espíritu del dictador y de su régimen, en
el cual la figura plebiscitaria no cabía. Es decir, el
sufragio para tal elección, ya era de por sí una bofetada a la hegemonía
suprema de Gómez y sus adulantes. Por lo que es válido preguntarnos ¿acaso era
ya este hecho una provocación premeditada contra el régimen?, ¿será qué por el
espíritu y deseo de libertades que flotaban en la cabeza caliente de los
jóvenes intelectuales que organizaban el evento, incurrieron ingenuamente a
provocar al régimen?, ¿era el momento adecuado para exteriorizar todo lo
reprimido?, ¿se pensó en la respuesta del gobierno dictatorial frente a este
bochorno?, ¿entendería el régimen de Gómez que sólo era una muchachada sin
sentido de peligro que pudiera afectar sus intereses?, ¿se pensó en las
acontecimientos que se sucederían de estas provocaciones?, ¿fueron realmente
una provocación?, ¿se esperaba el dictador alguna manifestación de este tipo?,
¿estaba preparado Gómez y su equipo para hacerle frente a unos imberbes
estudiantes? En fin, son muchas las interrogantes que pudiéramos plantear para
contextualizar lo que en el devenir mismo de los hechos produjeron más tarde o
desencadenaron lo que la historiografía venezolana recogerá entre sus episodios
como la Generación del 28.

Es sabido
históricamente que las actividades comenzadas con motivo de celebrar la Semana
del Estudiante y los carnavales de febrero de 1928, se convirtieron en la
manifestación más cruenta que de carácter civil vivió el régimen del Benemérito
general Juan Vicente Gómez. Dada la participación, conjuntamente con los
estudiantes involucrados, de otros sectores de la sociedad, como los
trabajadores portuarios, los trabajadores portuarios, los trabajadores del
sector petrolero, los del sector comercio; y hecho resaltable, la participación
de cada una de las madres y hermanas o hermanos menores, de los estudiantes que
con motivo de sus participaciones en las manifestaciones de febrero, fueron
conducidos al castillo de Puerto Cabello, y a otros lugares típicos de los
encarcelamientos de todos en cuanto difirieran de las imposiciones del régimen.
Los focos de
manifestaciones se originaron en Caracas, por los estudiantes de la Universidad
Central. Pero, estas se extendieron en buena parte del país, por lo menos, en
las ciudades más importantes como la de Maracaibo, entre otras.
El gobierno
enfrentó esta situación toscamente, dado que no estaba preparado para tales
eventualidades y sólo se dedicó el general López Contreras, Ministro de Gómez,
a aprehender y encarcelar estudiantes, y a quienes le apoyaran. Sólo las madres
que le adularan al Benemérito, eran las que obtenían la gracia de éste para
excarcelar a sus hijos, y que Gómez lo hacía para demostrar su generosidad; así
fue el ir y venir de los meses de febrero y marzo del 28.

Mientras todo
esto sucedía, se preparaba una segunda oleada contra el régimen. Y eran jóvenes
al igual que los estudiantes, pero, que no se disponían para festejar o elegir
una reina, ni entonaban himnos que fuesen alusivos al régimen y al dictador.
Estos, en cambio, entonaban cánticos con los silbidos de las balas que
atravesaban el cañón de sus fusiles y ametralladoras; eran pues, los jóvenes
cadetes de las distintas academias militares, quienes se entusiasmaron con los
hechos que les precedieron, protagonizados por los estudiantes.
Todo estaba
preparado para consumar la insurrección el día 7 de abril del 28; es decir, aún
latente las anteriores manifestaciones. Y así fue, el día previsto se acometió
el golpe que se había preparado para tomar los diferentes cuarteles, como el de
San Carlos. Hecho que no maduró porque el general Eleazar López Contreras logró
controlar rápidamente la insurrección y sin derramamiento de 
sangre, motivado el
fracaso de los golpistas por haberse develado por uno de los cadetes lo que se
organizó con anterioridad.
¿Qué hubiese
sucedido de no haberse delatado el complot?, ¿acaso el rumbo del país hubiese
sido diferente?, ¿se daría continuidad a un régimen dictatorial, pero con
actores diferentes? Son muchas las 
hipótesis que podemos formular, pero que en historia no podemos basarnos en
hipó
tesis de lo que no fue, pero que tal vez pudo ser.


 

Bibliografía

Acosta Silva,
Manuel (1976). Historias del 28. Caracas.
Escuela Técnica Popular Don Bosco.
Autores varios
(1987). Gómez, gomecismo y antigomecismo/Arturo
Sosa Abascal; Yolanda Signini; Víctor Córdova. Caracas-Venezuela. Universidad
Central de Venezuela
Castellanos,
Rafael 
Ramón (1978). La
sublevación militar del 7 de abril de 1928
. Caracas. Italgráfica.
Lovera,
Ildemaro (1984). Un hombre. Un país.
Caracas. Editorial Torino.
Rangel, Domingo
Alberto (1980). Los andinos en el poder.
Valencia. Editorial Vadell Hermanos.
Salazar
Martínez, Francisco (1980). Tiempo de compadres: de Cipriano
Castro a Juan Vicente Gómez.
 Caracas.
Editorial Ateneo de Caracas.
Torrealba
Lossi, Mario (1979). Los años de la ira.
Caracas. Editorial Ateneo de Caracas – U.C.V.
















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